martes, 28 de febrero de 2012

Era una noche oscura de Febrero, se aproximaba una tormenta que daba miedo; definitivamente era una noche para pasar con tu novio mirando una pelicula y después dormir abrasados cubriendonos del frio. Y así fue cómo sucedió la noche que jamás podría olvidar, una velada muy romántica y un amor intenso entre los dos que no permitió que dejemos de mirarnos a los ojos ni siquiera por un segundo.
Un momento perfecto pasamos al dormir abrasados uno al otro después de la pelicula de amor, diciendonos cuántos nos queríamos y acariciandonos mutuamente mientras nos besabamos; cualquiera que pudiera haber visto ese momento diría que nuestros cuerpos eran inseparables mucho más que nuestras miradas que expresaban a gritos lo que no nos animabamos a decir.
Y aún mejor, fue cuando el rayo del Sol atravesó la ventana y muy delicadamente provocó el abrir de mis ojos y, en ese instante, sentí que nada podía ser mejor. Era su bello rostro junto al mio, seguía en un sueño profundo y yo creía que también. Despertar a su lado fue un sueño para mi, increíblemente un sueño real, el mejor sueño diría yo porque no hay nada más hermoso.